jueves, 20 de octubre de 2011

El golpe más duro

Llega un momento del partido en el que ya no hay reacción. En el fútbol italiano lo llaman la Zona Cesarini, por la capacidad de un futbolista transalpino de los años 30, Renato Cesarini, de marcar goles en esos instantes. Se trata de los últimos minutos del encuentro, en los que un gol resulta decisivo con casi total seguridad. Y para el portero que lo recibe, es el golpe más duro que puede recibir, del que no se podrá reponer durante el partido, y que se llevará a su casa para reinterpretarlo mientras reposa en la cama. “Y si hubiera hecho esto para pararlo”, piensa repetidamente en busca del sueño.

El pasado martes esa desgracia la sufrió Diego López, el portero del Villarreal, con un tanto que deja a su equipo al borde de la eliminación en la Liga de Campeones. Hasta ese momento, el madrileño había realizado una actuación sublime. Sus reflejos y su seguridad habían hipnotizado a los jugadores del Manchester City, y habían conseguido mantener en tablas el marcador, que aún dejaba con suficiente vida a los suyos de cara a los próximos partidos de la liguilla. En el minuto 91 parecía que podía llegar ese momento fatal. Zabaleta, lateral del City, remataba de cabeza a bocajarro, dentro del área, pero la figura de Diego López emergió una vez más para atrapar el balón. Y todo ello pese a la velocidad de la jugada y el agua de la lluvia que mojaba un balón ya resbaladizo. Pero un minuto más tarde, llegó la fatídica jugada: el propio Zabaleta avanzó por la banda derecha para colocar un centro raso al área que Silva tocaba de tacón lo justo para que el Kun Agüero lo remachara a la red. La derrota se consumaba sin tiempo para más.

Las cámaras enfocaron la celebración eufórica de los jugadores del City, pero siempre se olvidan del otro protagonista, el portero, que no había podido evitar la derrota. Diego López permanecía asolado tras ver que todo su trabajo sólo había servido para nadar hasta morir en la orilla. Posiblemente, la peor sensación que le puede quedar a un guardameta.

No hay comentarios: