viernes, 5 de agosto de 2011

Casillas, un portero con "suerte" (y III)

En el año 2000, con tan solo 19 años, Iker Casillas ya era el portero titular de todo un Real Madrid e incluso había conseguido debutar con la selección española. Ya se vislumbraba que iba a ser un guardameta que iba a marcar una época. Sin embargo, el camino aún iba a presentar algunas dificultades en el año 2002, ante las que el azar y su buena preparación iban a volver a ser protagonistas. Se trata de los cinco minutos finales mágicos de Glasgow y el Mundial de Japón y Corea de 2002.

Durante el último tramo de la temporada 2001-2002, Iker Casillas perdió la titularidad en el conjunto merengue. Vicente del Bosque le otorgó su confianza a César Sánchez, que pasó a defender la portería madridista cuando su equipo se jugaba la liga, la Copa del Rey y la Liga de Campeones, en el año del centenario del club blanco. En la competición doméstica las cosas no les fueron bien, y quedaron terceros en la liga, por detrás del Valencia y el Deportivo de la Coruña, y perdieron la final de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu ante el propio Deportivo, en el llamado “Centenariazo”. Pero en la Liga de Campeones, la constelación de estrellas reunida por Florentino Pérez, encabezada por Zidane, Figo y Raúl, avanzaba con paso firme y se plantó en la final.

El estadio de Hampden Park, en Glasgow, era el escenario elegido para que el Real Madrid y un sorprendente Bayer 04 Leverkusen se disputaran el título más deseado de Europa. Ya en la segunda parte, con 2-1 en el marcador a favor de los blancos, César se da un golpe con Lucio, defensa del Leverkusen, y se lesiona. En el minuto 67, Casillas, que se recorta las mangas de su camiseta con unas tijeras justo antes de salir, entra en el terreno de juego en el lugar de César. Durante los últimos instantes del partido comienza un asedio por parte del equipo alemán para lograr el empate que mandase la final a la prórroga, pero Iker, con varias intervenciones de mucho mérito, evita el empate en los que más tarde llamarían “los cinco minutos mágicos de Glasgow”. Desde entonces, nunca perdió la titularidad en el Real Madrid.


Pero ese mismo año 2002 el destino le guardaría otra sorpresa. José Antonio Camacho le volvió a convocar con la selección española, esta vez para el Mundial de Japón y Corea. Iría como suplente de Santiago Cañizares, que mantenía un estado de forma envidiable. Durante la concentración previa al torneo ocurrió una situación inesperada. En su habitación, a Cañizares se le caía una botella de colonia en el pie, provocándole un corte en un tendón. Este accidente privó al guardameta de Puertollano de poder defender la portería de la selección y le abrió paso a Casillas. Además, el de Móstoles cuajó una buena actuación, siendo decisivo en la eliminatoria de octavos de final ante Irlanda, en la que detuvo una pena máxima durante el partido y le dio el pase a cuartos a su equipo en la posterior tanda de penaltis. A partir de ahí, la portería de la selección es suya, habiendo batido el récord de internacionalidades que pertenecía a otro cancerbero, Andoni Zubizarreta.

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